Los efectos de una crisis como la provocada por el coronavirus no solo se sienten mientras está activa. Es de esperar que en los meses posteriores se sigan notando las consecuencias en muchos aspectos. Ante esto, las empresas deben estar preparadas para lo que se van a encontrar. Solo de esta manera podrán dar una respuesta ágil a los problemas y minimizar el impacto.
Anticipar los problemas a los que se enfrentará una empresa en su vuelta no siempre es fácil. Además de la presumible falta de liquidez, hay otros aspectos que se deben tener en cuenta, como los que destacamos a continuación.
Qué tener en cuenta en la vuelta a la actividad
Gestión de la plantilla y la tareas
Muchas empresas verán que su plantilla ha sufrido cambios durante esta crisis. Algunas han tenido que recurrir a ERTES o incluso despidos, mientras que otras deben cubrir bajas por enfermedad de trabajadores. Es probable que, en otras empresas, el teletrabajo haya llegado para quedarse, y una parte de la plantilla adopte esta modalidad de trabajo durante más tiempo por circunstancias personales.
Todo esto, unido a la fluctuación de la demanda, a la bajada de clientes, o a la suma de otros nuevos, según el caso, hace necesario que los encargados de Recursos Humanos tracen un plan urgente para abordar la situación, con posibles cambios de puestos, funciones y flujos de trabajo para que nada quede desatendido cuando se reactive la empresa.
Cambio de las normas de protocolo e higiene
Durante un tiempo prudencial, deberían seguir manteniéndose precauciones como la distancia de seguridad de 2 metros, no darse la mano ni besos, prescindir de las reuniones presenciales (o realizarlas en espacios más amplios, respetando la separación mínima), no compartir materiales de oficina ni otros utensilios o seguir insistiendo en la higiene de manos, además de las normas que dicten en su momento las autoridades sanitarias.
La gestión de la plantilla y las nuevas normas de protocolo e higiene tendrán un gran impacto a medio plazo sobre las dinámicas de trabajo y la redistribución de los espacios, algo que nos lleva a siguiente punto.
Cambios del espacio de trabajo
La dispersión de los trabajadores para que estos puedan guardar la distancia de seguridad de 2 metros es una de las principales medidas que han tenido que practicar las empresas que han seguido operando durante la crisis, siendo previsible que se mantenga en las empresas que reactiven su actividad próximamente.
La dispersión de los trabajadores, junto con la división de equipos de trabajo para eliminar contaminaciones cruzadas, provocarán que muchas empresas necesiten espacio extra. Para solucionar esta situación temporal, la mejor opción es contar con una oficina de contingencia.
Por otro lado, hay otras empresas que han sufrido muchos cambios y que podrían apostar por una reubicación, buscando un espacio que se adecúe más a su situación actual. En estos casos, optar por espacios de trabajo flexibles, que permiten a los negocios ampliar o menguar su espacio de trabajo de acuerdo a sus necesidades, puede ser una buena idea.
Redirección de los planes de ventas
Aún cuando todo esto pase, la sociedad no volverá a ser la misma de la noche a la mañana. Los hábitos de consumo cambiarán, y también lo harán los canales de venta. En este sentido, es previsible que las ferias y los congresos -nacionales e internacionales-, que son un canal de venta principal para muchos sectores, no se reactiven este año.
Del mismo modo, los comerciales puerta a puerta también se darán de bruces con una nueva realidad, en la que las empresas estarán menos dispuestas a recibirlos (por una parte, por mantener políticas de distanciamiento social, y por otro, por la incertidumbre derivada de la crisis).
Las empresas que utilizan estos canales de forma prioritaria deben dar un giro de 180 grados a su estrategia y crear planes de venta y comunicación adaptados a las nuevas particularidades, que comprendan acciones como echar mano del marketing digital o flexibilizar sus condiciones de compra-venta.
Búsqueda de nuevas oportunidades
El paradigma posterior a la alarma sanitaria será diferente al anterior. Muchos consumidores habrán cambiado sus hábitos de consumo y compra. Ante este nuevo escenario, las empresas pueden transformarse, adaptando sus productos o servicios a la situación o incluso creando productos y servicios diferentes en función de las nuevas necesidades que detecten en la población. Por este motivo, puede invertirse el tiempo de paralización de la actividad en realizar estudios de mercado.
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