El concepto smart building hace referencia a los edificios construidos pensando en el ahorro y en la eficiencia energética, pero también en facilitar la conectividad o la accesibilidad, aspectos de los que se benefician todos sus ocupantes.
La construcción inteligente es más eficiente, y es por esto que la adopción de esos lugares de trabajo facilita enormemente los esfuerzos en sostenibilidad. Por este motivo, cada vez más compañías están considerando elegir un smart building como sede de empresa.
¿Qué es un smart building?
Un smart building es un edificio que se construye o se equipa teniendo en cuenta una serie de aspectos que nos permiten tomar decisiones inteligentes. Esto puede suponer una gran ventaja para las empresas en cuestiones de ahorro.
Según un estudio del Consejo Americano para una Economía Energética Eficiente (ACEEE), los edificios comerciales de los Estados Unidos podrían ahorrar hasta 60.000 millones de dólares si las inversiones en eficiencia energética se incrementaran sólo entre el 1 y el 4%. Combinado con otras medidas de eficiencia de sentido común, como la fabricación inteligente y la reducción de voltaje, los EE.UU. podrían ahorrar el 22% del total de su uso de electricidad proyectado para el 2030.
Un smart building como oficina de empresa
La eficiencia energética, la seguridad, la usabilidad y la accesibilidad son los cuatro pilares más importantes de cualquier smart building. La consecución de estas metas se consigue con una arquitectura inteligente y con una serie de tecnologías que comúnmente se engloban bajo la etiqueta ‘internet de las cosas’ o IoT (por ‘Internet of Things).
«Internet de las cosas» se ha convertido en un conveniente comodín para todo tipo de tecnologías que comparten la capacidad de intercambiar datos, no sólo entre sí, sino también con otros sistemas de tecnología de la información, lo que permite una comprensión mucho más profunda de lo que ocurre a su alrededor.
En el año 2015, más de 15.400 millones de aparatos entraron en esta categoría superior, según datos de la empresa de investigación de mercados IHS. Ese número podría duplicarse a finales de 2020, y de nuevo a finales de 2025.
Estas «cosas» conectadas a la nube pueden ser instaladas prácticamente en todas partes, desde las luces hasta los radiadores y las tuberías de agua. Entre ellas, podemos encontrar elementos domóticos, sensores, alarmas inteligentes, luces regulables, sistemas de recogida de lluvia, termostatos, sistemas de intercomunicación, jardines verticales y un largo etcétera.
Edificios inteligentes, arquitectura inteligente
Los edificios inteligentes tienen como objetivo ser más eficientes y sostenibles, pero también hacer la vida más fácil y agradable a sus ocupantes.
Por este motivo, están más abiertos a la transformación para adaptarse a las nuevas necesidades o a los cambios tecnológicos que se van abriendo camino.
La flexibilidad y adaptabilidad de los espacios es una característica muy interesante para los smart buildings, particularmente para aquellos destinados a albergar empresas. Estos espacios se adaptan a las diferentes necesidades de los negocios sin que estos necesiten cambiar de sede, algo muy interesante para las start ups con potencial de crecer o transformarse rápidamente.
Motivos para decantarse por una construcción inteligente
Los edificios inteligentes proporcionan soluciones a los viejos problemas de exceso de gastos e ineficiencia en la construcción y uso de edificios. Algunos de sus beneficios más palpables son:
1. Reducir el consumo de energía
Las cifras varían dependiendo de los sistemas y edificios, pero se podría reducir el consumo de energía en un edificio en torno a un 5%-35% con el uso de tecnología inteligente. Esto se traduce en ahorro económico, pero también acerca a las empresas a cumplir con sus objetivos ecológicos.
2. Mejorar la seguridad
Las ventajas de conectar a la nube los sistemas de acceso o transporte del edificio son muchas, pero también hay que garantizar con ello la seguridad. Teniendo en cuenta los últimos ataques cibernéticos que han puesto en jaque a la ciberseguridad mundial, los edificios inteligentes deben blindar sus redes para que sus ocupantes no sufran ciberataques.
También deben disponer de más de una red de internet, para asegurar la conexión en todo momento, aunque algo falle.
3. Mantenimiento predictivo
Los edificios inteligentes permiten un mantenimiento predictivo más sencillo. Cuando se tiene una visión general más perspicaz de cómo está funcionando el edificio -y cómo se utiliza- es mucho más fácil implementar el mantenimiento en el momento adecuado.
4. Aumentar la productividad
Los edificios inteligentes hacen que las personas sean más productivas al supervisar continuamente el uso del edificio y ajustar los sistemas para asegurar que los ocupantes tengan las instalaciones que necesitan siempre a punto, sobre todo en lo que a conectividad se refiere.
5. Mejorar la accesibilidad
Un edificio inteligente tiene en cuenta la accesibilidad de sus ocupantes. Esto no implica solo que aquellas personas con necesidades especiales puedan acceder sin problemas, sino que también busca que la totalidad de sus ocupantes lleguen a él fácilmente. Así, un smart building debe estar pensado también para buscar las mejores conexiones a nivel de movilidad, dentro de la ciudad. Por este motivo, su localización es un punto crítico.
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